Mayo 8, 2015 | Comentario

Una madre es la personificación de amor incondicional e infinito. Ella cría a otros para que se conviertan en lo que está predestinados a ser a los ojos de Dios. Las madres son la personificación de las virtudes, poderes y especialidades. Ellos revelan las cualidades de sus espíritus gentiles y tranquilos. Este Día de las Madres saludamos a todas las madres – tanto físicas como espirituales – quienes se han dedicado a cuidar de las almas del mundo.

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Sudesh Didi describe el rol singular que juegan las mujeres dentro de Brahma Kumaris. Sudesh Didi es Directora de los Centros de Brahma Kumaris en Europa.

En un mundo en donde las mujeres han sido vistas tradicionalmente como la esposa, madre, hija, o hermana de alguien, ¿por qué una mujer elegiría seguir un camino espiritual?

Quizá debido a que, muy en lo profundo, cada mujer tiene un anhelo de ser alguien en su propio derecho – totalmente consciente de sí misma, segura y en control. Cuando hablamos de poder espiritual, de hecho nos estamos refiriendo al poder original del ser de ser completo e independiente – libre de la red de dominación y represión, libre de la necesidad de existir para el beneficio de otro.

Durante los últimos dos mil años o más, las mujeres no han utilizado su poder espiritual por completo. En su lugar, se han tomado aspectos principalmente simnólicos de lo “feminino” de la Virgen María a las vírgenes vestales, de las Diosas de la Tierra a las Shakti Devis. Por un lado, las mujeres han sido puestas sobre pedestales y adoradas debido a su pureza o feminidad. Al mismo tiempo, han sido excluidas de las prácticas religiosas y con prohibición, incluso hasta hoy día, de entrar en algunos lugares de culto.

Elevadas o reprendidas, exoneradas o condenadas, el principal problema que afrontas las mujeres es que nunca han sido tratadas como iguales a los hombres – ni como líderes espirituales o como buscadoras espirituales. Esta falta de igualdad tiene sus raíces no solamente en los sistemas sociológicos y culturales, sino más particularmente dentro de los niveles de conciencia sobre los cuales se basan finalmente la espiritualidad y las actitudes.

Las Mujeres como Líderes Espirituales

Las mujeres se vuelven líderes espirituales cuando ellas mismas reconocen que tienen la capacidad y los atributos necesarios para interpretar tal rol. El cambio de conciencia que se necesita es separarse de los sentimientos y actitudes de minusvalía y ver la grandeza contenida en el ser. Las cualidades femeninas como amor, tolerancia, compasión, comprensión, humildad, flexibilidad, adaptación, aceptación, aprecio, estímulo y cuidado, son cualidades de liderazgo. Así mismo son necesarias para el avance espiritual, porque sin ellas, sería imposible acercarse a Dios y lograr la auto-realización. Cada ser humano posee esas cualidades, pero las mujeres pueden acceder a ellas de manera más fácil y natural, debido a que los sentimientos de amor y devoción, con frecuencia son más naturales en las mujeres, combinados con un profundo sentido de disciplina y orden. Un verdadero líder lidera por medio del ejemplo.

Las mujeres saben cómo servir y cómo dar. Con frecuencia se ha visto el concepto del servicio o de poner a otros al frente, como una señal de debilidad o de falta de poder. La verdad es todo lo contrario. La habilidad de inclinarse ante otros, con verdadera humildad, es la señal de la grandeza de un alma que ha conquistado el ego.

Sin embargo, esta cualidad de dar a otros también tiene que ser balanceada con las cualidades de valentía, determinación, pensamiento claro y autorrespeto. Con demasiada frecuencia, las mujeres tienen la tendencia de dar a otros y descuidar sus propias necesidades espirituales. es una de las principales razones por la que las mujeres se encuentran agotadas y con deficiencia de poder espiritual. Es así que la base para asumir liderazgo espiritual es un cambio de conciencia. Superar las inmensas barreras físicas, religiosas y sociológicas, que han evitado que las mujeres se conviertan en líderes espirituales, puede ser logrado solamente a través del desarrollo del autorrespeto. La cualidad del autorrespeto viene del conocimiento y experiencia del ser eterno, el cual está más allá de la identidad, social, cultural o física. El ser eterno o alma es puro, pacífico y completo con cualidades divinas y espirituales. Cuando las mujeres se ponen en contacto con este núcleo interno, eterno, obtienen la valentía de interpretar el papel de lo que son capaz.

El poder espiritual es una expresión de las cualidades inherentes del espíritu y no tiene nada que ver con el género o limitaciones físicas.. Los sentimientos de dominación y represión ocurren cuando hay la conciencia de superioridad o inferioridad. Sin embargo, en líneas generales, se manifiestan cuando hay la conciencia de espíritu o alma. Estos sentimientos y actitudes pueden ser expresados en acciones con resultados positivos.

Las mujeres aún están muy lejos de disfrutar de posiciones de liderazgo espiritual, y la sociedad aún no está totalmente de acuerdo con el concepto de que las mujeres son buenas líderes espirituales. La sociedad, no necesariamente cambiará hasta que alguien, sea un individuo o un grupo de individuos, rompa con la tradición y establezca un nuevo modelo a seguir. Este, en parte, fue el pensamiento detrás del trabajo de Brahma Baba, fundador de la Universidad Espiritual Mundial Brahma Kumaris.

Contexto Histórico de Brahma Kumaris

En 1936, a la edad de 60, Dada Lekhraj, un rico comerciante de diamantes de la provincia de Sind (ahora Pakistán) experimentó una serie de poderosas visiones. Él siempre había sido de orientación religiosa y también mantenía una posición y reputación elevadas en la comunidad. Sin embargo las visiones cambiaron su vida por completo, revelando sorprendentes imágenes del mundo pasando por un período de inmensa agitación, así como imágenes del cambio requerido para dar lugar a un mundo nuevo para el futuro . en el lapso de un año más o menos, Dada Lekhraj, más tarde conocido como Brahma Baba, había vendido su negocio y había establecido una universidad espiritual. Él nominó a un grupo 8 de jóvenes mujeres para que asumieran todas las responsabilidades administrativas de todo el grupo de casi 400 personas, las cuales se reunían regularmente para estudiar el conocimiento espiritual y meditar.

En ese tiempo en la India, las mujeres eran tratadas como ciudadanos de segunda categoría, percibidas como poco menos que bienes pertenecientes a sus maridos. Tales actitudes tienen sus raíces en las escrituras hindúes tradicionales. Por ejemplo, en el Ramayana hay una referencia a cuatro cosas iguales: un tambor (que se golpea), un animal (que se empuja), un tonto insensato y una mujer.

El que Brahma Baba colocara a las mujeres a cargo de una universidad espiritual e un tiempo en donde estaban aún escondidas tras un velo – literal y figurativamente – causó un inmenso estruendo. Pero él estaba decidido a llevar a cabo esta gentil 'revolución' social y espiritual. Él creía que el balance de poder espiritual y social no cambiaría, a menos que las desigualdades fuesen corregidas, y las mujeres, tanto las jóvenes como las madres, tuviesen el derecho de servir a la comunidad como maestras espirituales.

Para el momento en que Brahma Baba falleció 1969, el conocimiento que a él se le había dado y los cambios que logró, encontraron un suelo receptivo y fértil. Dentro de un lapso de 54 años, la universidad ha crecido considerablemente y ahora opera más de 8,500 centros en 120 países. Todos los deberes administrativos y espirituales fueron gestionados previamente por Dadi Prakashmani, Didi Manmohini y Dadi Janki, las tres profesoras principales quienes había sido estudiantes desde el establecimiento de la universidad. Luego de que Didi Manmohini y Dadi Prakashmani fallecieran, todos los deberes administrativos y espirituales están siendo atendidos por Dadi Janki, Dadi Gulzar y Dadi Ratanmohini. Todas ellas han estado con Brahma Baba y la institucion desde el establecimiento de la universidad.

Estudiante no Discípulo

Hoy, desde una perspectiva organizacional, tanto hombres como mujeres asumen la responsabilidad de enseñar y dirigir centros. Sin embargo, en líneas generales, los hombres siguen el ejemplo del fundador y voluntariamente colocan a las mujeres “al frente”.

Para Brahma Kumaris no existe el concepto de discipulado. Brahma Baba nunca se posicionó como gurú. Él enseñó por medio del ejemplo, poniendo en práctica el conocimiento y os principios espirituales que había recibido por medio de su vínculo (yoga) con el Alma Suprema. Él estimuló a los demás a hacer lo mismo, creando su propia comunicación directamente con la fuente.

Brahma Baba estimuló a las mujeres a entender y explorar su potencial, y las inspiró con la visión de la valiosa contribución que las mujeres pueden hacer como líderes espirituales. Él encontró que las mujeres tienen la serenidad y gentileza para entender y aceptar las ideas espirituales con facilidad, sin la barrera de la arrogancia, la cual está presente con tanta frecuencia en la conciencia masculina de la autoridad. Así que, al colocar a las mujeres al frente, él buscó crear una situación de igualdad y de respeto y reconocimiento mutuo entre hombres y mujeres, y de hecho dentro de todas las relaciones, sin tener en cuenta el género.


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